Los cristales son uno de los elementos más difíciles de mantener limpios en una casa, pues basta con que llueva un poco o haga algo de viento para que se ensucien y no estropeen las vistas. En cualquier caso, en B-libe somos expertos en su limpieza y, para que te duren más tiempo relucientes, en este post te vamos a dar 5 consejos para limpiar tus cristales y que queden como los chorros del oro.
1. Utiliza los materiales necesarios
Parece una obviedad, pero es imprescindible contar con el material adecuado antes de ponernos a limpiar nuestros cristales. Y aquí tenemos que indicarte que no todo vale, así que toma nota de lo que vas a necesitar. Lo imprescindible es un barreño o un recipiente similar, un producto de limpieza -que puede ser limpiacristales, amoniaco, jabón neutro o vinagre- un estropajo suave y bayeta atrapa polvo.
También debes tener en cuenta que el agua que utilices para la limpieza de los cristales debe estar tibia o templada, si está demasiado caliente le restará eficacia al limpiador que uses.
Puedes utilizar también una rasqueta de goma para las últimas pasadas y que queden impecables.
2. Limpia tus cristales paso a paso
Antes de ponerte a limpiar, aconsejamos colocar una toalla o una sábana vieja en el suelo, debajo del cristal, para no mancharlo.
Mezcla en el barreño el agua tibia y la sustancia de limpieza que elijas. Si te decantas por un limpiacristales asegúrate de mezclarlo según la cantidad indicada por el fabricante. Si, por otro lado, prefieres la capacidad desengrasante del amoniaco -muy útil para los cristales de la cocina- te recomendamos que lo utilices en pequeñas cantidades: 20 o 30 mililitros por cada litro de agua para evitar cualquier riesgo de intoxicación. Si vas a utilizar jabón, mézclalo con el agua hasta generar un poco de espuma.
Una vez tengas tu mezcla para limpiar los cristales moja tu estropajo, escúrrelo bien y limpia de arriba abajo. De este modo evitarás que el agua chorree y deje gotas donde ya has limpiado.
Remata con la rasqueta de goma y seca con una bayeta atrapa polvo para que no deje pelusas.
3. Evita días de mucho calor o sol
Cuando vayas a ponerte a limpiar los cristales elige un momento en el que no haga demasiado calor o que no hay mucho sol. Uno de los motivos por los que debes evitar el sol es porque la luz directa genera reflejos y brillos que impiden ver con claridad si se han quedado manchas en el cristal.
También, si hace mucho calor, el producto que apliquemos en nuestros cristales se evaporará más rápido reduciendo así su eficacia limpiadora. Así que si vas a limpiar los cristales este verano te recomendamos que lo hagas o a primera hora de la mañana o al atardecer cuando baje el sol, ya que en esos tramos hará menos calor.
4. Aprovecha para limpiar alrededor de las ventanas
Ya que estás metido en faena y con todos los materiales preparados, te aconsejamos que aproveches para limpiar los marcos, soportes y otros elementos de las ventanas y no solo los cristales.
En la mayoría de los casos, podrás utilizar para ello la misma mezcla que has preparado para los cristales, con la excepción de los marcos de madera, para los que es más recomendable utilizar alguna sustancia específica.
5. Baja las persianas cuando llueve
Ya tienes tus cristales relucientes, pero se pone a llover… si quieres evitar que se vuelvan a manchar y aguantarlos limpios por más tiempo te aconsejamos que bajes las persianas cuando llueve. Eso no solo evitará que las gotas de lluvia salpiquen tus cristales, sino que ayudará a quitar el polvo de las persianas evitando que la suciedad se acumule sobre ellas.
Ahora ya tienes las claves para que tus cristales queden relucientes, pero, si quieres evitar hacer todo este proceso, siempre puedes confiar en los profesionales como B-libe. Estamos especializados en limpieza, también de cristales y tenemos el material y la capacidad para acceder a los cristales más difíciles. Contáctanos y te ayudaremos.